El asma se define por un historial de sibilancias, disnea, opresión en el pecho y tos que varía con el tiempo y en intensidad, junto con una limitación variable del flujo espiratorio.

El asma es una enfermedad heterogénea que generalmente se caracteriza por una inflamación crónica de las vías respiratorias.

La inflamación puede desencadenarse por muchos factores, incluyendo a los contaminantes, pelo de animales, bacterias y virus, y desempeña un papel clave en la fisiopatología del asma.

Un aumento progresivo del engrosamiento de la pared de las vías respiratorias, debido en parte a la respuesta inflamatoria, se asocia con una mayor duración y gravedad del asma, y estos cambios estructurales, a menudo denominados remodelación de las vías respiratorias, caracterizan las vías respiratorias de los pacientes con asma.

El asma controlado deficientemente permanece como un gran problema a nivel global con un estimado de 334 millones de pacientes afectados mundialmente.

La prevalencia del asma varía de región a región, tanto como la carga económica de la enfermedad.

El asma no controlado afecta la calidad de vida de los pacientes y puede resultar en desenlaces clínicos deficientes si no se controla.